domingo, 13 de mayo de 2007

LA SUPLICA DE UN BORINCANO












OH Naturaleza divina,
escucha el llanto silencioso
de tu isla amada.
OH corazones, dueños de sus
propios sueños

escucha el canto triste,
del jíbaro afrentado
que lucha callado,

sin tregua y sin falta
honrar su existencia digna

en su silenciosa guerra,
la lucha por la permanencia de
su lengua y la vigencia

de su cultura que es el alma de un pueblo.




Soledad
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